La próxima tarea.
Reconozco que he alimentado con lágrimas furibundamente el territorio donde habita el olvido con la justa razón de olvidarte y dejarte bien lejos, relegada de mis emociones. El punto es que al parecer mi esfuerzo es en vano y todo porque demandar olvido es sinónimo de recuerdo y recordarte como imagen, como aire o color se ha vuelto como un cáncer que carcome mis ideas bloqueando la tarea de tratar de decirte “Adiós” con el afán de expatriarte de mi razón, acaso porque el frío de esta vida lo mataban tus palabras y el calor que hoy no tengo, que ellas daban, está de farra aprovechando la forzosa jubilación que tu les diste al apartarte, mientras emprendías el camino hacia el silencio sepulcral que con el apoyo de tu conciencia regalaste a diestra y siniestra a mis oídos que hoy a duras penas rememoran tu voz como el tibio eco de preciados momentos.
Hoy escribo desde la locura de comprender que todo sueño es el pie de un futuro que se pueda concretar; próximos momentos que en el tren de nuestra vida esperan arribar a la estación de la esperanza, sin sobresaltos y emociones de por medio que ahoguen todo intento de cumplir algún ideal. Paradigmas que plantean soluciones imaginarias de presupuesto barato- según nuestro inconciente- , son los sueños, que se proyectan sin peligro sobre las noches que cobijan tranquilamente (eso ellas creen) nuestro descansar siendo que en realidad algunos, cómo quién suscribe, esperan despertar para descansar del infierno que es soñar
Ahí, de noche, es cuando mis visiones, quimeras, ensueños y alucinaciones tocan las puerta de la conciencia y muchas veces me confundo de escenario y en pleno día juro estar inmerso en algún sueño en el cual pueda verte de reojo; pero me doy cuenta que en realidad estoy despierto y titubeo tratando de ordenar la cronología de mi memoria para encontrar el paralelo entre el dormir y el despertar.
Pero no todo sigue como yo acabo de relatar.
Tus palabras me obligaron hace poco a auto imponer un toque de queda mental en el cual persigo tu nombre bajo el castigo de muerte y tus recuerdos por causar desorden cerebral.
Así pienso que algún día podré erradicarte de mis memoras con el afán de redefinir las palabras “quiero” y “sueño” que hasta el momento son sinónimos de lo complejo y acepciones de palabras como imposible e irrealizable, términos que definen mis períodos de conciencia-inconciencia en los cuales el absurdo de tenerte son el karma de mis días, donde sueños con sabor a tu recuerdo y esencias de tu nombre me recuerdan que estoy loco, chiflado y de remate.
Pero lo mejor…es que estoy dispuesto a mejorarme.
El punto es que mi próxima tarea es olvidarte.

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