Profecía de un encuentro

No tengo palabras para describir lo que esta sucediendo. No tengo la menor idea de lo que realizaré ni menos de lo que debo pensar. Estoy atado de manos y pies y mi inmovilidad insulta mis ideas que me gritan que ahora es tiempo de cambiar. Sé que debo actuar y asumir que ya todo no es igual y que la soledad, gran catedrático para todo aquel que debe meditar, aunque sea un gran acompañante, puede dejarse de lado para abrir las puertas a quien tenga la suficiente honestidad para decir que no se acostumbrará a mi, sino que exclame a los cuatro vientos que daría su vida por mí, así como yo daría mi vida y la siguiente por ella.
Quizás cuando la encuentre, su presencia, en clara muestra de su hallazgo, quedará buceando en el contexto y será ahí, me lo aseguro, cuando no comprenderé el por qué su imagen se pasea por mi mente y bombardeará mi conciencia con preguntas que no podré contestar.
¿Pero acaso profetizar asegura lo que viene?
No, eso está claro.
Yo solo digo, que cuando esto ocurra, sabré (al fín), que existe vida en esta tierra
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home