De a dos
Lamento herirte tanto el corazón que ahora me duele a mi y no es en vano.
Duele ser tan duro y caprichoso, esperar actitudes falsas que me ayuden a olvidar de plano mis problemas, para perderme solo en tu sonrisa, en un abrazo tuyo o en tus labios.
Lamento ser tan ciego y testarudo por tener esa visión mía de que el mundo es uno y standarizado a mi manera, obviando singularidades como las tuyas, que no debo olvidar fueron las que desde un principio me cautivaron.
Duele darse cuenta del daño que te hecho, encerrado desde mi bunker de lógica y cordura, esperando pasos de ti que a mis ojos se ven correctos y ciertos, pero a los tuyos falsos y errados; que ha cubrido de errumbre todo lo que hemos caminado de inciertos sentimientos que a veces, a ambos nos han abrumado.
Lamento cada palabra vana, cada silencio dado que no ha hecho más que fabricar tropiesos y caídas que más de alguna vez pudimos haber evitado.
Pero duele darse cuenta que al hablar contigo, mis actos en más de alguna ocación te han perjucidado o dañado, puesto que sí: nada de esto lo he premeditado.
Y es que hay que crecer juntos, encontrarle el ritmo al otro y hacerlo propio, propio como el ideal -ojo, no la idea- de permanecer juntos por tanto, tanto tiempo, que se nos llegue a olvidar el día en que nos conocimos o hasta que lleguen a preguntarnos cómo lo conseguimos: vivir nuestra vida de a dos.
Te amo, pequeña. No encuentro mejor manera de ponerlo.
Duele ser tan duro y caprichoso, esperar actitudes falsas que me ayuden a olvidar de plano mis problemas, para perderme solo en tu sonrisa, en un abrazo tuyo o en tus labios.
Lamento ser tan ciego y testarudo por tener esa visión mía de que el mundo es uno y standarizado a mi manera, obviando singularidades como las tuyas, que no debo olvidar fueron las que desde un principio me cautivaron.
Duele darse cuenta del daño que te hecho, encerrado desde mi bunker de lógica y cordura, esperando pasos de ti que a mis ojos se ven correctos y ciertos, pero a los tuyos falsos y errados; que ha cubrido de errumbre todo lo que hemos caminado de inciertos sentimientos que a veces, a ambos nos han abrumado.
Lamento cada palabra vana, cada silencio dado que no ha hecho más que fabricar tropiesos y caídas que más de alguna vez pudimos haber evitado.
Pero duele darse cuenta que al hablar contigo, mis actos en más de alguna ocación te han perjucidado o dañado, puesto que sí: nada de esto lo he premeditado.
Y es que hay que crecer juntos, encontrarle el ritmo al otro y hacerlo propio, propio como el ideal -ojo, no la idea- de permanecer juntos por tanto, tanto tiempo, que se nos llegue a olvidar el día en que nos conocimos o hasta que lleguen a preguntarnos cómo lo conseguimos: vivir nuestra vida de a dos.
Te amo, pequeña. No encuentro mejor manera de ponerlo.
1 Comments:
amor mío, cada paso que doy contigo pesa no por el paso mismo sino porque sé que seguiré dando esos mismos pasos, tomada de la misma mano, de aquí hasta que me muera, o tú te mueras.
te das cuenta entonces porqué todo pesa tanto?
no es el ahora solamente, si no el mañana y el para siempre.
te amo bebe, y sé que las metidas de pata son sólo eso, y sé también que es ese bunker el que te guarda de todo lo que nadie te ha podido guardar, y no pretendo modificarlo o quitártelo, pero te invito a entrar al mío, donde se sonríe sólo cuando se quiere y no cuando conviene, donde se grita porque se encontró una moneda en el bolsillo, se llora porque el cielo está hermoso y se duerme porque los ojos están cansados. ven conmigo, aunque sea un rato, ve que la cordura y la lógica están a veces sobrevaloradas y entiende que te amo, que te amo mucho, que no sé vivir sin tí, que te necesito y que si no te veo te extraño, y a ver si después de un rato sigues con la idea de honrar la pregunta que hace tanto tiempo te hice.
gracias.
por todo.
By
abby, at 10:55 p. m.
Publicar un comentario
<< Home