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Entre Imaginarios y Realidades

jueves, agosto 23, 2007

Revoluciones de café

Por leer de tanto en tanto, me crucé con algunas historias, de esas que hablan de personas entregadas al mismo estandarte, de revoluciones de ideas, de anhelos de generar cambios por una vida mejor: revoluciones como la cubana y la francesa se gestaron en lugares donde al menos se podía conversar, expresarse y condensar nuevas ideas y pinceladas de futuros que sepan mejor que al presente que a aquellos intelectuales les toco llevar.

Se hablaba de reformas y de los males que el pueblo ya estaba cansado de recordar y se planearon bajo un silencio pactado ideas para enfrentar tanto embate injusto, todo ellos iluminados por el simple baile de una vela, mientras que de las cocinas salían aromas que traían mensajes de lugares ignotos: un respetable café, té u otros bebidas lasl cuales bajaban entre sorbos marcados de utopías, sueños y una que otra opinión.

Estas revoluciones salieron de cafés, pubs y restaurantes; eran revoluciones de servilleta bosquejadas en meros trozos de papel de los cuales salió el verbo, se hizo acto y formó cambios, gestó nuevos tiempos, héroes e injustos tiranos; fueron respetadas rebeldías expresadas como reacción a la frustración e impotencia frente a la cómoda postura que poseían aquellos que tenían el poder...Algunos le llamaron Revolución, sublevación o alboroto: no importa el nombre que tenga. Hubo cambios, alegría o cambios para toda una generación, pero… ¿habrán sido para mejor?

Si no tiene contestación alguna, dese el trabajo de ir a tomar un cafecito y recuerde que en un lugar como aquellos se iniciaron grandes hitos que dieron paso a tiempos y circunstancias que nadie jamás nunca imaginó.

Porque yo ya le he hecho y fue para mejor, porque ya cuento en mi cuerpo con una revolución de esas que implican servilletas, cambios y café. Por eso cada día que pasa aprecio el sentarme a beber café, pero aun más a ese que se conversa (que conversamos), ese cuyo sabor se templa con cada gesto y palabra, aquel que se sirve hirviendo, negro y sin azúcar…aunque si uno a ésta última quiere, no la tiene y la busca, siempre tendrá una buena cafetería donde podría encontrarse con ella.

Yo, como decía, ya tuve mi revolución...y si, encontré la mía.

domingo, agosto 05, 2007

Dígalo con flores...pero no abuse.

Para pensar, para escapar, encubrir el llanto o la verguenza...
Las flores son muy expresivas, herramientas exponedoras de conceptos y sentimientos,
No lo olvide.
Que las flores digan lo que nadie puede,
que el silencio carguen como escudo y el asombro como arma...
Que las risas vengan con Girasoles, el amor con Rosas y el deseo con sus Callas.
Que las flores sean maravillas nos es cosa de un buen ramo;
es maravilla al fin y al cabo lo que éstas pueden hacer cuando se calla,
pues su presencia vale más que mil palabras…
Ahora, no sea obtuso de mente si pretende decir todo con ellas.
No abuse.

...No vaya a ser que cometa algún error de ortografía.


sábado, agosto 04, 2007

Las Manos

Cinco son los dedos de cada mano, cada una es diferente de otra y más aun si comparamos las de dos personas.
Entre las de dos extraños, al saludarse, éstas llegan, se saludan y se van y el recuerdo del mero tacto de otra piel les es indiferente a menos que nuestra mente esté dispuesta a recordar; si es así, el dedo Pulgar se yergue en alto , dando paso a la aceptación, como el Emperador bajo el lema "pan y circo" cuando la vida de numerosos gladiadores pasaban por su decisión, mientras el Índice apunta a un nuevo rumbo, desconocido pero digno de ser recorrido, todo en pos de esa idea del "estar juntos sería lo mejor".
Por otro lado, el Pulgar Emperador se mantendrá en alto a menos que el dedo Mayor se levante en acto obsceno si es que las extrañas manos del otro caen en gesto hiriente u ofensivo. Si así fuese, al rechazo hacia estas lo sucede la caída del Pulgar y la inexpugnable sensación de que aquellas manos ajenas, que habían dejado de serlo, nunca más volverán a ser saludadas.
Así, el Anular queda cesante y la potencial tarea de disfrazarlo de compromiso, mediante anillo, promesa o que sé yo, queda vacante para cuando otras manos lleguen y con sus caricias lo embelecen nuevamente.
Pero no nos olvidemos del Meñique, ese pequeño, que allí está enseñándonos que sí, siempre podemos seguir creciendo.

...Y en lo que a mí respecta: ya me topé con esas extrañas que hoy son todas mías.

FOTOGRAFIA: Gonzalo Cisternas Sandoval