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Entre Imaginarios y Realidades

viernes, septiembre 30, 2005

Puedo verte...

Aún puedo verte sumergida en las añejas aguas de mi memoria.

Nadas libremente por el océano de mis recuerdos, hoy para ti ajenos, tuyos hace no mucho tiempo.

Surcas mi mente de principio a fin ya que ella esta plagada de tu presencia y de dolor, de ese dolor que no implica sangre, que no tiene cura; ESE dolor que tu ausencia intensifica a diario en momentos en que cierro mis ojos y puedo verte nítida, aunque distante.

Es ahí cuando más duele, cuando veo que la llama de la esperanza se apaga, cuando veo que no volverás y es esto algo que sucede día a día, en un ciclo de nunca acabar.

01/02/05 a las 01:39 a.m.

jueves, septiembre 29, 2005

Reflejos

Antiguamente mis ojos solían reflejar tu imagen;

hoy mi memoria guarda lacerantes recuerdos que no puedo dejar de evocar y es que solo hay un vacío infernal el cual mis ojos escrutan sin poder verte ni reconocerte.

No comprendo como aún tengo la esperanza de volver a verte, del como la llama de esta ilusión todavía no cesa, aunque debe ser porque todavía es alimentada por los recuerdos que me invaden cada momento.

Así fluye el despertar de mis días y el acabar de eternas noches, el tormento de mi presente y la felicidad de mi pasado.

30/01/05 a las 02:23 a.m

Sueños II

Desperté tarde, dormí intranquilo y no hablé hasta pasadas las 15:00 hrs.

La culpa la tiene un sueño que al minuto de despertar comprendí por completo y en verdad, no fue fácil asimilar lo que este quería decirme; aun no lo hago por completo.
Fui a buscarte a tu casa, no recuerdo el por qué, pero no estabas así que me quedé conversando con el Daniel para esperar a que llegaras, quién sabe donde estabas, por que habíamos quedado en salir a comer. De un momento a otro llegas y tus papás te conminaban a saludarme, cosa que no hiciste, cosa que no me hirió dado que yo ya lo había tenido presupuestado.
Allí estabas, helada y tensa como el último recuerdo que guardaba de ti, mirándome sin decir nada. Habían pasado meses desde la última vez que nos habíamos visto y eso se vio reflejado en el trayecto hacia el restaurant; nadie dijo ni una palabra. Todo era silencio y vista al frente. Lo malo de esto es que mientras nos servían el pedido, el humo del cigarro y las miradas esquivas reinaban en nuestra mesa hasta que en un momento, y sin más que decir, me gruñes que debías hacer una llamada perdida, te pones de pie y te diriges a la salida. Añoré en ese momento cuando, antaño, cada vez que te ibas a alguna parte te volteabas y me dirigías una sonrisa. En ese momento solo vi tu caminar furioso y un dejo de tedio. Mientras te ibas, el miedo se fue apoderando de mi, un miedo que conocía muy bien; el de estar solo. Todo se transformó en caos y confusión.
Quise ir a buscarte pero no sabía hacia donde ir, me sentía perdido y es más, terminé recorriendo las calles sin un rumbo fijo, llorando por que simplemente ya no estabas.
Ahí, justo ahí me desperté y fue en ese momento cuando recibí el mensaje de este sueño (?), que me decía a gritos que he sido devorado por el miedo, que no tengo un rumbo, que ya no quiero seguir luchado, que no tengo tus palabras ni tus besos.

Chiloé, 18/02/05 a las 03:21 a.m.


Febrero 14


En un día como hoy me remito a escribir que aun soy presa de mi memoria, mis recuerdos.
Hoy puedo decir que vivo inmerso en ella, en las químeras de lo que quedó de nosotros, que me sumergo en la idea de un futuro ya inexistente que sostengo debilmente mediante los cimientos de mi memoria.

Todo pudo ser, mas nada queda. Nada tengo, no te tengo...te he perdido


Chiloe, 14/02/05 a las 02:15 hrs.